"Vamos los humanos por el mundo envueltos en una nube de palabras, cegados y ensordecidos por nuestra propia realidad, ensimismados. Pero de cuando en cuando se enganchan casualmente dos frases dispersas, y entonces descubrimos súbitamente al otro, y se abren las espesas nubes que nos rodean, y nos rozamos los lomos, y surge el chispazo de la comprensión, el temblor de la complicidad y del entrañamiento. El calorcito.”
Montero, R. (1994). La vida desnuda, Madrid: Suma de letras.